Javier Domingo publica una investigación sobre los restos de la casa de Roma donde se habría hospedado el célebre San Jerónimo a finales del s. IV d.C.

El arqueólogo de Icomar presentará pronto las conclusiones en Eslovenia, patria de san Jerónimo

Javier Ángel Domingo y Luigi Finocchietti han publicado una monografía con el título “L’isolato di San Girolamo della Carita a Roma. L’età antica e tardoantica” (El solar de San Girolamo della Carità en Roma. La época antigua y tardoantigua), sobre los restos arqueológicos que se encuentran en los sótanos de la biblioteca de la Pontificia Università della Santa Croce, en Roma, y que según la tradición coincide con el lugar donde podría hallarse la residencia de la noble romana Santa Paula, quien habría acogido en su casa por algún tiempo a San Jerónimo, autor de la traducción de la Biblia al latín más reputada y duradera en la historia de la Iglesia.

En su estudio arqueológico-histórico, los autores han localizado unas estructuras que podrían interpretarse como las caballerizas de uno de los cuatro equipos que participaban en las carreras de caballos del Circo Máximo. Según el investigador y docente Javier Domingo, oriundo de Icomar, “la estructura fue rodeada, a finales del s. I d.C., por un edificio de tipo industrial. Más tarde, hacia la segunda mitad del s. IV d.C., todo el complejo fue transformado con la construcción de una rica domus aristocrática, con pavimentos y revestimientos en mármol”.

Pavimento de mármol de la época de San Jerónimo. Foto: cedida.

Javier Domingo, doctor en arqueología, acumula varios años de experiencia en investigación en el área de la arqueología clásica, con varios trabajos de campo, actividad que combina con su labor docente en la Pontificia Università della Santa Croce, donde se localizan los restos estudiados.

“La tradición quiere que en este lugar estuviese la residencia de Santa Paula”, explica Javier, aclarando que Paula fue una matrona romana del s. IV d.C. que “acogió en su casa a San Jerónimo cuando éste fue llamado a Roma por el Papa San Dámaso, quien lo nombró su secretario”. En el libro se analizan de manera pormenorizada todos los restos conservados, desde época republicana hasta la época medieval, y dedica el último capítulo a confrontar la tradición con las evidencias conservadas.

En relación con las certezas que arroja el estudio, concluye el Dr. Domingo, “a pesar de que con los datos arqueológicos no es posible afirmar la veracidad de la tradición que sitúa aquí la casa de San Jerónimo, sí se desprende que no existe ninguna evidencia que contradiga tal posibilidad”. Es más, la existencia de “un fragmento de cancel típico de las iglesias del s. V d.C. concordaría con la tradición que afirma también que en el lugar de la casa de Santa Paula de Roma fue construida ya en el s. V d.C. una primitiva iglesia dedicada a San Jerónimo. Más tarde, en el s. XIV d.C., encima de este lugar se construyó una nueva iglesia dedicada, por expresa voluntad del Papa Martino V, a este santo, a pesar de que fue encomendada a los franciscanos. Esto ejemplifica cómo ya entonces la creencia que éste era el lugar donde vivió San Jerónimo estaba muy viva”.

Fragmento de cancel del s. V d.C. que podría pertenecer a una iglesia. Foto: cedida.

El siguiente mes de septiembre, Javier Domingo y Luigi Finocchietti presentaron los resultados de su estudio en Eslovenia, la patria de San Jerónimo (entonces Dalmacia), en un congreso con motivo de los 1.600 años de su muerte.

Jerónimo de Estridón fue un célebre estudioso del latín en una época en la que eso implicaba dominar el griego. Además, al recibir el encargo del papa Dámaso de traducir la Biblia del griego y del hebreo al latín, se mudó a Belén para perfeccionar sus conocimientos del hebreo. La obra magna le llevó 15 años de su vida, aproximadamente (390-405). Su traducción al latín de la Biblia, llamada la Vulgata (‘edición para el pueblo’), publicada en el siglo IV, fue declarada en 1546 por la Iglesia, la versión única, auténtica y oficial de la Biblia para la Iglesia latina, y así se mantuvo hasta la promulgación de la Nova Vulgata en 1979, texto bíblico ahora oficial de la Iglesia católica.

 

Imagen de portada: En el interior de las estructuras arquitectónicas del s. I-II d.C. transformadas en el s. IV d.C. en una residencia aristocrática. Cedida.

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