El taller que fabrica oportunidades en Tarragona

Hacen jardinería, pintan... y ahora fabrican juegos para las escuelas del barrio. Así es el ‘microtaller’ del Institut Torreforta

Diari de Tarragona.Lo sabe quien haya sido estudiante adolescente. Llega un momento en que la jornada se hace larga, que no se sabe si cuesta más mantenerse pegado a la silla o prestar atención al profesor.

Conscientes de que hay alumnos entre quienes ese momento, más allá de una incomodidad, se ha convertido en un inconveniente serio, en el Institut Torreforta pusieron en marcha ya hace siete años el ‘microtaller’. Allí van los alumnos (este año 15) de tercero y cuarto de la ESO en pequeños grupos a trabajar durante tres horas a la semana.

Acuden mientras sus compañeros están en otras clases siempre que no sean de las asignaturas troncales. Ellos, por su parte, se comprometen a recuperar los contenidos de ese día. Además, en recompensa, si trabajan bien en el taller, se toma en cuenta en la nota de la asignatura.

Cuando comienzan a relatar lo que hacen es fácil darse cuenta de que sus labores no se desarrollan sólo en el taller. De hecho, buena parte de este tiempo entre clases lo dedican a trabajar en la jardinería del centro y en pequeños trabajos de reparación. Ellos son los autores de los murales que hay en algunas paredes y también participaron en la construcción de una pequeña pasarela en el patio.

Pensando en la comunidad

Pero este año han dado un salto cualitativo, y además de los trabajos de mantenimiento se han dedicado a otras labores, como por ejemplo la creación del original Drac que se ha convertido en el elemento festivo del instituto.

Y como no querían que su trabajo se quedara sólo en el centro, se han propuesto aprovechar estas horas de trabajo en favor del barrio. Así fue como surgió la idea de crear unas cocinitas y un banco de trabajo que la semana que viene entregarán a la escuela Ponent para que jueguen en el patio.

Lo han hecho aprovechando los palets que les ha donado una empresa, pero a partir de allí les ha tocado cortar, clavar, lijar, pintar, tratar la madera… Varios reconocen que jamás habían tenido contacto con herramientas como las que usaron y por las cuales sentían cierto respeto.

La desconexión necesaria

Los frutos pues, del taller, son físicamente visibles, pero, además, hay otros con los que están muy contentos. Yolanda Castellano, coordinadora pedagógica del instituto, explica que los profesores valoran muy positivamente la iniciativa porque los alumnos, después de pasar por allí,  llegan mucho más relajados y con mejor disposición.

Una de las profesoras del taller apunta que algunos, al principio, llegan ‘rebotados’ a la actividad, pero después se quejan si por alguna razón no les dejan ir.

Y las palabras de los chicos también son elocuentes: Elías dice que está «muy orgulloso de su trabajo», mientras que Sara añade que ha aprendido a trabajar la madera y que le «encanta venir, aunque aquí trabajo mucho más que en clase».

Además esta experiencia les ha abierto los ojos a unos oficios que no conocían y alguno se está planteando, al terminar la ESO, seguir un ciclo de formación profesional en madera o jardinería.

Un comentario

  • Marta Benjumea Toro

    Primero que todo, jhon felicidades por la revista digital, esto es economia y tecnologia sostenible.
    Segundo felicitar al instituto y a los alumnos de Torreforta, es una buena iniciativa, en la actualidad se estan valorando no solo las competencias cognitivas; sino tambien, las aptitudinales. , de esta manera el alumnado puede decidir mas facilmente que seleccionar para continuar su formacion.

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